Es un dispositivo lumínico que transmite una energía cohesiva a la piel que se absorbe por el agua. Creamos microagujeros que producen un calentamiento y una inflamación controlada y así estimulamos la producción de colágeno con una regeneración de la piel.
Podemos llegar a varios niveles de profundidad tratando varias capas de la piel en una única pasada. Según el efecto que queremos buscar actuamos sobre la epidermis y la dermis superficial o profunda.
Podemos realizar una vaporización o ablación epidérmica para eliminar lesiones de la piel como lunares, verrugas, fibromas, queratosis seborreicas ó quistes. Destruye el tejido dañado o cicatricial para crear una piel nueva.
Conseguimos un rejuvenecimiento para mejorar la calidad de la piel, las arrugas finas y profundas, el tamaño del poro, las marcas de acné, las estrías, las cicatrices quirúrgicas o traumáticas y las secuelas de quemaduras.
Lo realizamos con anestesia tópica media hora antes y en algunos casos anestesia local. También aire frio durante el tratamiento. Durante el tratamiento puede notar sensación de calor y dolor leve. Como efectos secundarios frecuentes puede dar enrojecimiento que dura días o semanas, heridas/costras que curan en unos días y cambios de pigmentación. Es fundamental seguir los cuidados posteriores del dermatólogo y evitar la exposición solar.
Se ajusta la potencia y la profundidad del tratamiento siendo más agresivo o más suave según el tipo de piel, el efecto deseado, la velocidad con la queramos mejorar, la patología que estemos tratando, y los días de recuperación que dispone el paciente postratamiento.