La luz pulsada es un dispositivo lumínico que emite una energía controlada y permite por calentamiento la desaparición de vasos sanguíneos. Tiene como diana terapéutica la hemoglobina disminuyendo por tanto el color rojo que se produce en manchas de cicatrices leves superficiales.
También actúa frente a la melanina que absorbe la energía, mejorando y aclarando el color marrón de algunas manchas como consecuencia de la inflamación del acné y activación de los melanocitos.
Aporta un efecto antiinflamatorio que mejora los granos (pápulas, pústulas, nódulos), pero no actúa sobre los comedones (espinillas, puntos negros y blancos).
Por efecto de calentamiento de la glándula sebácea puede reducir la fabricación de sebo y bloquear el sobrecrecimiento bacteriano.
Estimula la producción de colágeno, mejorando la textura y calidad de la piel. Sin embargo no mejora las cicatrices graves atróficas.
Se puede combinar con otros tratamientos orales, tópicos y cosméticos, y con otros dispositivos lumínicos como el láser fraccionado no ablativo mejorando los resultados.
Se pueden hacer varias sesiones espaciadas cada 4-6 semanas. No requiere anestesia tópica. El tratamiento suele durar 15-20 minutos y durante el procedimiento puede notar molestias como calor o ardor. Al terminar se produce una inflamación con enrojecimiento e hinchazón que puede durar unas horas. Muy raramente se puede producir como efectos adversos infección, cicatrices ó cambios de pigmentación.
Los cuidados posteriores al tratamiento incluyen frío local, crema reparadora y evitar exposición solar sobre todo las 2 semanas posteriores con crema protectora con filtro solar 50+